30 abril 2015

Nueva vida

Hola de nuevo. Hace muchísimo que no escribía por aquí y creo que a partir de ahora debería coger la sana costumbre de hacerlo más a menudo.

Cómo bien indica el título del post (que sinceramente no sabía cómo titularlo) se podría decir que he comenzado una nueva vida. No, no me he mudado, ni pienso mudarme (por el momento), ni he terminado la carrera, ni he hecho algo transcendental... ¿O quizás si? Ummm, bueno eso ya lo juzgaréis vosotr@s ;)

Pues si. Tengo una nueva vida. El último post que escribí era muy triste, no estaba pasando por mi mejor momento, no era yo. No es que tuviera un problemón del copón, no, es que había llegado el final de una etapa que no daba para más. Una etapa en la que había sido feliz pero que, recapitulando, mirando hacia atrás, no me había sentido plena, me faltaba algo más... Y en ese momento empecé a replantearme todo, tanto en temas de amistad, como temas del corazón... Y éste último es en el que se centra el post de hoy.

El amor, ese gran hijo de puta, que a veces te llena de felicidad y otras te destroza. ¿Por qué tiene que ser tan complicado? Ni idea, pero si las cosas pasan como pasan doy por seguro que es por una gran razón.

En mi caso, tres años felices. Tres años sin discusiones (a ver dos o tres riñas tontas de 5 minutos, nada más grave). Tres años de cenas, cine, apoyo moral en épocas de exámenes... Y nada más. Si, quizás os quedáis con cara rara sin entender cuál es el problema. Pero el problema es ese. No había nada más. No existía ese cosquilleo en el estómago, no existía esa emoción de quedar, no existía ese ansia de contar las horas que faltaban para el siguiente encuentro... No había ilusión. Y con el tiempo todo se convirtió en rutina, en tristeza, en cuestionarme a cada hora si era yo el problema... Ya no tenía fuerzas de seguir, pero como en mi mente no existe la palabra "rendirse", seguí intentándolo... "Vamos Ana, tú puedes, sólo es un pequeño bache, sólo tienes que cambiar el chip y todo irá a mejor". No fué a mejor. Cuando vuestra pareja os pregunte si todo va bien, no finjais, decid la verdad aunque duela. Las verdades a tiempo son la mejor medicina.

Llegó la Navidad, la época más bonita del año, al menos para mi. Pero esta vez no era bonita. Me daba asco. Por primera vez odié la Navidad. Por primera vez no tuve una cena/comida agradable (cosas de las familias, ya sabéis...), no tuve respuesta a esa felicitación vía sms que le envié a esa persona que creí que era especial. Y me sentí muy triste. Pero no le di importancia. "Aguanta Ana, en estas fechas las operadoras de telefonía se saturan y a veces no llegan los sms, whatsapp, etc"

Llegó la víspera de Nochevieja. Mis amigas planeaban salir de fiesta después de las campanadas. Acepté gustosa, deseaba pasarlo bien, sólo con ellas. Sólo con ellas. No tenía ganas de estar con él. Pero insistió en acompañarme. Me negué. Discusión. La primera gran discusión. Me dolió. Pero continué con mis planes pues a mis amigas no las suelo ver a menudo. Por no decir que sólo las veía 4 o 5 veces al año. Sólo en cumpleaños. "Ya se arreglará. No te preocupes, lo entenderá. Necesitas tu espacio".

2015, Año nuevo. Sus disculpas. Su preocupación por cómo me sentía, por haberme presionado. Pero yo ya no era "yo"... Ni él era "él". Desconfianza y dudas por su parte. Desilusión e incredulidad por mi parte.

Días después volvimos a quedar para hablar todo, pero no era lo mismo. Él era un extraño... No era el chico que había conocido. Era increíble como en cuestión de días todo se había ido a la mierda. Y me sentí perdida...

Se acercaban los exámenes de enero. Los nervios y el estrés ya me hacían mella. Y por mi cabeza pasaron locuras tipo: "salgamos de fiesta, cojámonos un pedal y nos enrollamos con el primero que pase..."
Si, esa loca se adueñó de mi cabeza y de mi ordenador. Google --> páginas para buscar el Amor. "Por Dios, Ana, ¿qué cojones estás haciendo?". "Para ahora mismo". Imposible. En 30 minutos mi perfil creado. Si, ahí expuesta, como las verduras en el súper, a ver si alguien me compraba o algo. "Eres idiota y en tu casa no lo saben". "Estúpida fracasada, ni siquiera tienes los cojones de salir ahí fuera a buscar a un chico real, das pena". Me sentía mal. Muy mal. Mi chico y yo estábamos en la cuerda floja y yo no hacía nada para solucionarlo. "A la mierda todo. Que pase lo que tenga que pasar, me da igual".

Exámenes. Más exámenes. Correos electrónicos desde la web amorosa de cardos borriqueros. Mensajes de mi pareja por facebook. "¡¡¡¡Voy a reventar!!!!". Fotos y fotos de "candidatos potenciales"....

"Se acabó. Mañana cerrarás tu perfil"

Y ese mismo día sin esperarlo de repente... su foto. Su sonrisa. Sus ojos azules...

"No es para tí, es demasiado perfecto, tu no le llegas ni a la suela de los zapatos"

En ese instante le solté a mi conciencia un "cállate, zorra traidora" que me dejó más ancha que larga. Click --> Me gusta

Unos horas después sus mensajes. Chateamos durante tres horas... Me daba miedo lo bien que conectamos. Intercambio de whatsapp. Más horas hablando. "Dios, esto no está pasando"
Y así durante días. Cada día más confianza, más amistad...

Mi pareja y yo lo dejamos. Fue doloroso. Sin entrar en detalles. No fue nada agradable su comportamiento hacia mí. Me hizo sentir cómo una mierda. Su comportamiento días antes me lo hizo intuir. No era lo que aparentaba. Así que agradecí haber entrado en esa página. Como he escrito antes, las cosas pasan por algo.

El chico de ojos azules y yo seguimos hablando, a pesar de tener dos idiomas diferentes, nos entendíamos a la perfección. La confianza era mayor, crecía día a día y comenzaron a nacer los sentimientos... Sentimientos muy fuertes que me aterraban y me ilusionaban al mismo tiempo. Quería verme. "Demasiado pronto"... Otra vez mi retorcida conciencia dando por saco o quizás siendo prudente. Miedo y terror a que fuera un espejismo. Él no insistió más. Cosa que agradecí. Hasta que un día, decidí que las cosas no podían seguir así. "Vamos a vernos". Y así nos encontramos en Salamanca, nerviosos, ilusionados, charlando como si nos conociéramos de toda la vida... Un día agradable de finales de invierno, un precioso y soleado 1 de marzo. El día de nuestro primer beso. ¿El primer día del resto de nuestra vida juntos? Ojalá que sea así. Porque desde que le conozco no dejo de sonreír. Jamás lo había hecho de esta manera. Jamás había sentido esas mariposas en el estómago. Jamás había sentido la sensación de necesitar a alguien. Jamás había llorado de emoción sólo por abrazarle... Jamás mis amig@s y familiares me habían visto tan feliz. Me ven radiante...

Las cosas pasan por una razón, ahora estoy segura. A veces crees que la vida te niega las cosas cuando en realidad te dice "espera"

Merece la pena todo el dolor, ahora todo cobra sentido... Este es mi momento. Nuestro momento.

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